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El analizador hematológico: una gran innovación médica

El conocimiento sobre los cambios fisiopatológicos que acompañan al proceso salud-enfermedad alcanzado por las ciencias médicas durante la segunda mitad del siglo XX fue vertiginoso. Esto se tradujo para la rama del laboratorio clínico, en el surgimiento y puesta en manos de sus profesionales, de un número creciente de determinaciones encaminadas a complementar la exploración física y el interrogatorio médico, para finalmente establecer un diagnóstico.

La aplicación de la mecanización y posterior automatización del trabajo analítico, aumentó considerablemente el potencial de procesamiento del laboratorio clínico multidisciplinario y permitió un mayor número de determinaciones en menos tiempo, aumentando los indicadores de calidad (precisión y exactitud) a cifras nunca antes alcanzadas a través del trabajo manual. , la importante disminución de costes y el acortamiento de los tiempos de entrega de los resultados al cliente (médicos y pacientes). La hematología, como una de las principales líneas de trabajo del laboratorio clínico, no quedó ajena al desarrollo de la automatización y aumentó sus potencialidades diagnósticas con la aparición y mejora de los medidores o analizadores hematológicos.

Cual es tu historia

El primer contador celular automático se creó en 1956, después de la Segunda Guerra Mundial, debido a la escasez de personal calificado, el aumento de la carga de trabajo y la necesidad en los laboratorios de hematología de ofrecer un conteo cada vez más celular Confiable y rápido, este fue diseñado utilizando los modelos creados en años anteriores. Esto representó el nacimiento del primer contador modelo A de Coulter.

¿Y realmente?

En la actualidad, los contadores hematológicos han aumentado significativamente la capacidad de análisis y presentan amplios menús de determinaciones, alta complejidad electrónico-mecánica y mayor productividad en el procesamiento de muestras.

La influencia del desarrollo tecnológico en los medidores celulares ha permitido la aparición de una gran diversidad de modelos. Sin embargo, todos estos dispositivos presentan un diseño mecánico y electrónico similar.

¿Cuáles son los componentes básicos de un contador hematológico?

  • Diluyente: sistema que reduce la concentración de células sanguíneas y las suspende en soluciones conductoras isotónicas para adaptarlo a las capacidades de medición del dispositivo.
  • Aspirador: sistema que toma la muestra diluida y la conduce al dispositivo de medición.
  • Sistema de fluidos: transporta las suspensiones celulares al dispositivo de medición o la cámara de conteo.
  • Cámara de conteo o dispositivo de medición: constituye la parte central o zona sensible del equipo, donde ocurren fenómenos ópticos, eléctricos o ambos, medidos posteriormente.
  • Transductor o detector: son los dispositivos que generan pulsos eléctricos linealmente cuando las células pasan por la zona sensible, óptica o eléctrica del equipo.
  • Discriminador: discrimina los pulsos eléctricos generados por los transductores en correspondencia con el tipo de celda medido.
  • Amplificador: amplifica la señal eléctrica que sale del discriminador para su posterior procesamiento.
  • Convertidor analógico-digital: convierte señales eléctricas en digitales.
  • Computadora: procesa las señales digitales y las convierte en datos que se mostrarán en pantalla y se podrán imprimir.

¿Qué es el recuento sanguíneo?

Un hemograma o análisis hematológico refleja todos los elementos o componentes de la sangre, reflejando su número o su proporción en el individuo. En este análisis se miden la serie blanca o leucocitaria, la serie roja o eritrocitaria y las plaquetas. El hemograma es una de las pruebas de laboratorio más solicitadas y forma parte del estudio básico requerido para la orientación diagnóstica y evaluación del paciente, ya que ofrecen una visión general y pueden servir como indicador de anemias, enfermedades infecciosas, problemas de coagulación, entre otros.

¿En cuanto a innovación y mejora continua?

En las últimas décadas, los laboratorios han incorporado equipos automatizados de alta tecnología que han permitido la entrega de resultados en menos tiempo, con mayor precisión y exactitud y reduciendo el número de errores de medición.

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