En primer lugar, es recomendable ubicar la fuente de alimentación de forma adecuada en el laboratorio, esto significa que debe permanecer suspendido y sin contacto directo con el suelo, puesto que esto puede entrar en contacto con el equipo electrónico y causar daños. El lugar ideal es en un armario para almacenamiento seguro, lejos de la luz del sol directa y alejada de fuentes de temperatura, humedad y vibración.
Es recomendable que se haga dentro de una bolsa impermeable especialmente etiquetada, para mantenerla fresca y alejarla del polvo. Si la fuente de alimentación también está equipada con un circuito impreso, entonces recomendamos almacenarla en una carcasa dentro de la bolsa. La carcasa debe ser impermeable y estanca para mantener la humedad fuera y ayudar a evitar daños.